

ANUARIO DE LA INDUSTRIA DE RECICLAJE
INSTITUTE OF SCRAP RECYCLING INDUSTRIES, INC.
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Los metales no ferrosos, como el aluminio, el cobre, el plomo, el níquel, el
estaño y el zinc, no se degradan ni pierden sus propiedades químicas en
el proceso de reciclaje. Como resultado, los metales no ferrosos tienen la
capacidad de ser reciclados un número infinito de veces.
Si bien representan
menos del 10 % de
la cantidad total de
material reciclado en
los Estados Unidos
el año pasado, el
ISRI estima que los
desperdicios de
metales no ferrosos,
que incluyen los
altamente valorados desperdicios de metales preciosos, representaron
más de la mitad del valor total de las ganancias de la industria de reciclaje
de desperdicios en 2016. En Estados Unidos, el año pasado más de
8 millones de toneladas métricas de desperdicios no ferrosos fueron
procesados a partir de una amplia variedad de fuentes de consumo,
comerciales e industriales: desde circuitos de cobre y metales preciosos
en dispositivos electrónicos hasta
contenedores de bebidas no alcohólicas,
baterías y radiadores para automóviles,
revestimientos de aluminio, partes de
aviones y más.
Los desperdicios no ferrosos son
consumidos por fundiciones secundarias,
refinerías, fabricantes de lingotes,
fundiciones y otros consumidores
industriales en los Estados Unidos y más
de 70 países en todo el mundo. Estos consumidores dependen de los
desperdicios no ferrosos como un insumo competitivo, respetuoso con
el medio ambiente y eficiente en el consumo de energía para fabricar
productos nuevos y continuar el ciclo de vida del metal no ferroso.
La Oficina de Reciclaje Internacional (BIR) estima que casi el 40 % de
la demanda mundial de cobre se cumple gracias al uso de material
reciclado, mientras que más del 80 % del zinc disponible para el reciclaje
eventualmente es reciclado.
METALES NO FERROSOS